La presencia de humedad en el hogar puede ser un problema recurrente que afecta tanto a la salud como al estado de los materiales de construcción; ya que puede provocar daños estructurales, la aparición de moho u hongos, así como problemas respiratorios y alergias. En este artículo, exploraremos los síntomas que indican la presencia de humedades, los principales tipos y las medidas que se pueden tomar para prevenir y tratar eficazmente este problema en las viviendas.

Problema de humedades

Los efectos negativos de la presencia de humedades en las viviendas son realmente perjudiciales tanto para los enseres personales y muebles que se encuentran en el espacio; como para la propia estructura del edificio y las personas que lo habitan. Normalmente, el agua penetra en las fibras y crea un ambiente propicio para el desarrollo de bacterias y hongos, lo que puede provocar la aparición de manchas negras y grises de moho por cualquier superficie, especialmente en espacios húmedos y poco ventilados. Además, la humedad en exceso debilita los materiales y ataca la materia orgánica presente en las fibras de madera y tejidos de origen vegetal y animal.

En cuanto a la estructura del edificio, las paredes, pilares y vigas pueden sufrir daños por la presencia prolongada de agua, generando descamación de la pintura, corrosión del acero utilizado en el armado de hormigón, desprendimiento de revestimientos, formación de grietas o deterioro de los materiales exteriores. Estos daños, a su vez, pueden conducir a roturas en los elementos estructurales, haciendo que pierda solidez los muros de carga y poniendo en peligro la integridad de la construcción en su conjunto. Es por ello que resulta fundamental prestar atención a la humedad en el hogar y tomar medidas para prevenir daños graves. Mantener un adecuado control de la humedad, realizar un correcto mantenimiento de los materiales y contar con sistemas de ventilación adecuados son medidas clave para evitar daños tanto en los objetos como en la estructura de los edificios.

Detectar la presencia de humedades estructurales no siempre es sencillo, pero algunos signos visibles pueden incluir grietas, filtraciones, presencia de moho, manchas de humedad, proliferación de bacterias o inundaciones. Otra señal común de humedades son los olores fuertes en espacios cerrados y poco ventilados, como garajes, trasteros y sótanos.

Además de los daños materiales, las humedades también pueden tener un impacto en la salud de las personas sobre todo de niños y ancianos, llegando a provocar alergias, problemas respiratorios como rinitis y asma, problemas dermatológicos, dolor en las articulaciones e infecciones.

Tipo de humedades

Es fundamental identificar el tipo de humedad presente en la vivienda, determinar su origen y aplicar el tratamiento adecuado. Los más comunes son:

Humedades accidentales

Este tipo de humedades se producen de manera imprevista debido a la ruptura de una instalación que transporta agua, como una tubería de suministro o desagüe. Las fugas pueden ocurrir debido a la dilatación y contracción de los materiales, lo que provoca fisuras en las uniones. Por lo general, son fáciles de identificar, ya que se manifiestan de forma localizada en un punto específico de la casa. La solución implica detectar y reparar la tubería dañada, además de realizar un correcto saneamiento de la zona.

Humedades por condensación

Las humedades por condensación son un problema común en muchos hogares, que suele afectar a la parte alta de las paredes. Este tipo de humedad se origina cuando el vapor de agua presente en el aire entra en contacto con superficies frías, como paredes, ventanas o azulejos, convirtiéndose en gotas de agua que se acumulan generando moho, malos olores y daños en los materiales. Un mal aislamiento o mala ventilación suelen ser las causas más comunes de este tipo de humedades.

Existen dos tipos principales de humedades por condensación: la condensación superficial y la condensación intersticial.

– La condensación superficial se produce en el interior de la vivienda, especialmente en superficies porosas y poco aisladas, como ventanas. También es común en baños y cocinas, donde la generación de vapor es mayor. La condensación superficial puede manifestarse en forma de manchas de humedad en las paredes y deteriorar los materiales a largo plazo.

– La condensación intersticial ocurre dentro de los cerramientos, debido a la falta de ventilación adecuada. Este problema puede generar daños estructurales, ya que la humedad se acumula en el interior de las paredes y puede afectar a su integridad. Es importante abordar este tipo de humedad de manera oportuna para evitar grandes reparaciones en el futuro.Las humedades por condensación son las más fáciles de resolver y prevenir. Una buena ventilación que renueve el aire de la vivienda de apenas 10 minutos es fundamental para evitar la acumulación de humedad en el aire al igual que evitar secar la ropa dentro de casa con tendales. Si el problema persiste, se puede considerar la opción de utilizar una instalación de un sistema de ventilación mecánica controlada (VMC). Este sistema utiliza una caja extractora central y un circuito de rejillas y extractores para renovar el aire de forma mecánica.

Humedades por capilaridad

Las humedades por capilaridad son un problema común que afecta tanto a los suelos como a las partes inferiores de las paredes, generando manchas de humedad que se extienden de forma ascendente debido a los sedimentos arrastrados por el agua. La humedad presente en el suelo se filtra a través de los poros de los materiales de construcción permeables y se eleva por las paredes y muros, resultando la aparición de manchas en la parte inferior que se propagan hacia el techo y ocasionando descorches en las pinturas y revestimientos.

Este tipo de humedad suele producirse cuando el terreno sobre el cual se construye una vivienda es muy húmedo y los cimientos no están adecuadamente aislados. Los efectos de este tipo de humedades se manifiestan inicialmente con manchas en las paredes de sótanos y garajes, pero pueden llegar a afectar incluso a pisos superiores, dañando el mortero, el hormigón, los ladrillos u otros materiales de construcción. El avance de este tipo de humedad suele ser más lento en comparación con otros tipos de humedades. Además, las humedades por capilaridad también pueden aparecer en el suelo de la planta baja. El agua puede penetrar a través de la base y provocar la formación de eflorescencias en las juntas de las baldosas.

Para prevenir las humedades por capilaridad, es fundamental llevar a cabo una impermeabilización eficiente en todo el perímetro del edificio, en particular en la zona en contacto directo con el terreno, empezando por los cimientos. Esto se consigue mediante la colocación de una lámina bituminosa o de un material plástico (como PVC o polietileno) durante la construcción, sobre la cual se levantarán los muros.

En caso de que las humedades por capilaridad ya estén presentes, la solución dependerá de la gravedad del problema. Cuando las humedades no son demasiado importantes, una opción es inyectar un gel impermeabilizante en diferentes puntos de la parte inferior de la pared, tanto desde el interior como desde el exterior. No obstante, si el problema es más grave, podría ser necesario excavar hasta el origen de las humedades y optar por la instalación de barreras impermeables o la implementación de un sistema de drenaje.

Humedades por filtración de agua

La presencia de humedades debido a la filtración de agua es un problema común que afecta a muros y paredes. Aunque estas filtraciones suelen ocurrir con mayor frecuencia en los pisos superiores o en aquellos que se encuentran por debajo del nivel del suelo, debido a filtraciones provenientes de los tejados o del terreno; lo cierto es que cualquier estancia de la casa puede sufrir una filtración. Desde goteras en los tejados, a fugas en paredes interiores de baños o en paredes exteriores por una mala impermeabilización de la fachada.

Estas filtraciones pueden generar goteras y causar daños graves tanto en los materiales de construcción como en los muebles de las estancias. Las causas pueden ser diversas, como un aislamiento deficiente, problemas en los sistemas de canalización de agua, grietas o daños en las juntas, así como fugas o roturas en las tuberías.

Pueden producirse muy lentamente y durante mucho tiempo antes de que la humedad se haga evidente. En algunas ocasiones resulta difícil localizar el origen, ya que puede estar alejado de donde han aparecido las manchas de humedad. En la mayoría de los casos, las humedades por filtración pueden ocasionar el desprendimiento de los materiales de acabado y, si no se solucionan, pueden provocar daños estructurales significativos a largo plazo.

La mejor manera de prevenir las filtraciones es asegurarse de que la vivienda cuente con una adecuada impermeabilización en las fachadas y cubiertas. Además, es crucial mantener en buen estado los materiales y las estructuras de la casa, lo que conlleva a hacer una revisión cada cierto tiempo del estado de tejas, bajantes y conducciones de agua. En caso de contar con humedades por filtración de agua, la solución puede variar según la zona afectada o su gravedad. Podría consistir en colocar un impermeabilizante en cubierta o ser necesario incluso una excavación para solucionar el problema desde el exterior.

Las humedades en el hogar pueden ser un problema molesto y perjudicial para la salud y la estructura de la vivienda. Conocer los diferentes tipos de humedades y sus causas nos permite identificar y abordar el problema de manera efectiva. Cada tipo de humedad requiere un tratamiento específico, por ello, es recomendable consultar a profesionales en el área.